Publicado en Medios externos. noviembre 10, 2012

Oceanografía y capacidad de carga

Oceanografía y capacidad de carga

Conocer detalladamente dónde se cultiva hoy es una tremenda necesidad para la sustentabilidad de la industria del futuro. Algunos de sus beneficios son la determinación de la biomasa a sembrar, el impacto en el medio ambiente y la interacción con otros centros de engorda.

Por Ph.D Fabián Tapia, Ph.D., del Programa Copas Sur-Austral del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción. E-mail: ftapia@oceanografia.udec.cl.

La crisis sanitaria que afectó a la industria del salmón en el período 2007-2008, y su efecto sobre la producción y el empleo en las regiones de Los Lagos y Aysén, dejaron en claro que el desempeño productivo y ambiental de la salmonicultura requiere considerar factores biológicos y físicos que afectan tanto a los peces como a su entorno, y que a menudo dependen de procesos ocurridos más allá del perímetro de un centro de cultivo individual.

Los fiordos y canales del extremo sur de Chile, donde se concentra esta actividad, son cuencas semicerradas que, por sus dimensiones y geomorfología, ofrecen ambientes protegidos y condiciones de trabajo favorables para las operaciones de los centros de engorda en mar. Sin embargo, son estas mismas características las que pueden limitar el recambio y ventilación del agua y, con ello, deteriorar las condiciones fisiológicas de los peces de cultivo e intensificar su impacto sobre la calidad.

Por lo anterior, se vuelve crítico disponer de una buena caracterización del régimen de circulación dominante de las aguas en las áreas donde se realiza la producción de peces, teniendo en consideración que la intensidad y dirección predominante de las corrientes cambia tanto en el tiempo (de una estación del año a otra y entre fases del ciclo lunar) como en el espacio (entre profundidades y secciones de un fiordo). Esto implica que la densidad máxima de peces que es posible cultivar en un determinado centro –sin impactar negativamente al entorno– dependerá de su localización con respecto al mosaico de condiciones hidrodinámicas que es posible encontrar en estos ambientes. Las dimensiones del entorno en el cual se percibirá el efecto físico-químico y sanitario de un centro de cultivo dependerán estrechamente de dónde, cuándo y con qué densidades opere.

Entonces, el futuro buen desempeño de la industria del salmón, que hoy muestra claros signos de recuperación y de expansión hacia los fiordos y canales de las regiones de Aysén y Magallanes, necesita de un mejor y más actualizado conocimiento de la variabilidad física y química en el entorno donde se desarrolla esta actividad.

Es que, al igual de lo que ocurre con la localización y extensión de una viña, que requiere de un estudio previo y del posterior monitoreo de las temperaturas, niveles de radiación, humedad del suelo y frecuencia de heladas en el área de cultivo; la ubicación, dimensiones y nivel de producción de un centro de cultivo de salmónidos debiese basarse en una apropiada caracterización y monitoreo de las condiciones físico-químicas, circulación predominante y, en último término, de la capacidad de carga del área en cuestión.

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